martes, 26 de abril de 2011

Un olor horrible

Mientras están llegando a la casa de “Los habladores”, Kurt percibe un hedor, intenso, y casi amargo en el paladar… Kurt mira a su compañero que asiente con preocupación y algo de miedo.

Ambos corren con urgencia, ¿Cómo puede oler así? Y más conociendo a Abatwa, ella siempre deja aromas de flores. Uno distinto cada día.

Al entrar en la casa comprueban que la puerta que estaba abierta, no puede cerrar, pues esta descolgada

--¿Qué diablos ha pasado aquí?—pregunta Kurt—

--claramente algo no muy bueno—dijo Pistach sacando un pañuelo y poniéndoselo en la nariz—y además apesta.

Kurt empieza a buscar a sus amigos., mientras Pistach analiza minuciosamente cada surco en la pared, cada objeto tirado en el suelo, el jarrón roto, el cuenco de espinacas que yacía en el suelo, volcado.

--mmmmm—murmura Pistach--- lo que sea que ha pasado ha pasado en la cocina—

--voy a echar un vistazo en el mirador—

Pistach asiente a su camarada mientras comprueba las ventanas intactas, la sillas volcadas y la mesa intacta

--esto es muy raro…--

--¡¡PISTACH!!—

Pistach subió rápidamente al mirador y encontró a Kurt sujetando a Schwa que tenía una brecha en la cabeza

--¡madre mía!—exclama Pistach al ver el cuadro. Kurt inspecciona si tiene algo más.

--¿Schwa?, contesta, por favor “señorina” conteste—

--no lo va hacer, Pistach—

--eeehhuu—murmura Schwa mientras Pistach mira a Kurt como a quien mira a un niño pequeño

--¿Schwa?¿que ha pasado?—

--el túnel… esta—

--¿Quién?—

Pero no puedo contestar, volvió a desmayarse. La mirada de Pistach volvía a ser de preocupación.

--las constantes vitales, le están bajando ¿no?—

--me temo que sí—dijo Kurt palpando el cuello de la chica—tenemos que entrar por el túnel

--¡¿qué dices?! , antes hay que llevarla a la ciudad, hay que curarla—

--escucha sabiondo, no puede pisar la ciudad, te recuerdo que no son bienvenidos, la único posibilidad es llevarla a la cuarta habladora—

Pistach asintió. Agarró por los pies a su amiga mientras Kurt la cogía por los omoplatos. Bajaron las escaleras, y llegaron a la entrada del túnel, el mismo por el que Moltbent y los demás habían entrado esa misma mañana.

--¿dónde está Voldy?—preguntó Pistach—

--puede que sufriera un destino peor que Schwa…--

La cara de pánico de Pistach hizo que Kurt sintiera una leve pincelada de alegría entre tanto sufrimiento, sin embargo no le duró mucho al pensar lo que había dicho.

--venga démonos prisa, yo la llevaré primero a Schwa, ayúdame a cargarla, canijo-

Pistach colocó a la chica sobre la espalda de Kurt. Y empezaron a caminar por el túnel.

--AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGGGGGGGGGGGGGHSHSHS—

--¡¿pero qué coño es eso?!!

--me temo que es un topo…--

--¿UN TOPO?—

--bueno…supongo que de tamaño gigantesco—dijo Pistach sin dejar de mirar a la oscuridad del túnel—

Pero de repente un destello en la lejanía avisa a Pistach del peligro.

--¡cuidado!—dice empujando a Kurt y por tanto a la habladora también—

--¿QUE COÑO ESTAS HACIENDO?—

--¡mira!—dice señalando un espadón clavado en la pared cercana a donde estaban Kurt y Schwa—

--Es un humano, 32 años.—dijo Pistach mirando a de nuevo a la oscuridad donde antes había visto el destello, esta vez miraba con escrupuloso escrutinio—coge al espada Kurt, y… si, lánzala allí—dijo señalando a varios metros hacia la derecha respecto al destello de antes.

Kurt se incorporó, dejó a Schwa en el suelo lo más suavemente que pudo. Aferró la gran espalda y la lanzó donde dijo.

Segundos después un sonó el sonido del hierro golpeando y un grito de alguien que claramente sufría.

--BINGOOOOOOOOOOOOOOO—dijo Kurt mirando a Pistach mientas éste le sonreía--

viernes, 1 de abril de 2011

Kurt, el guardían aburrido

Kurt siempre ha estado en las puertas de Shandora desde que Siros Dark se quedó en algún lugar de la isla.

Nunca llegó a saber donde se encuentra su amigo Dark, se limita a hacer guardia junto a su amigo, “veintitrés”, que actualmente se le ha asignado otra misión.

Veintitrés era amigo de Kurt desde siempre, y aun así nunca lo ha llamado por su nombre, siempre por su apodo: Veintitrés.

Kurt aun recuerda cuando empezaron sus aventuras Veintitrés y él. Buscando descubrir el mundo, conocer nuevos sitios, nuevas vivencias…Pero sobre todo recuerda el día en que Dark, que aun no llevaba ese nombre, los conoció y les pidió acompañarlos, a cambio les enseñaría a controlar el alma.

Kurt no entendía de qué hablaba Siros, hasta que les enseñó su alma. La potencia, lo que podía hacer invocándola.

Kurt aun sonreía cuando lo recordaba y lo que contestó cuando le pregunto ¿dónde habi aprendido a hacer eso?

--mi abuelo es el que me ha enseñado todo lo referente a los sueños, yo quiero ser soñador y ser eterno—

--ese hijo de puta…¿dónde estará?—era algo que se preguntaba una y otra vez desde que empezó a hacer guardia a las puertas de Shandora.

“espera ordenes, Kurt” le dijo Moltbent antes de irse a patrullar los bosques. Por lo visto si había alguien que supiera encontrar a Dark, debería venir de fuera de la isla, como lo hicieron ellos.

Y ahí estaba él. Haciendo guardia, esperando. Y por supuesto comprobando que no siguieran entrando más espías de los marítimos a la ciudad.

--Kurt—

--¿eh?, Pistach, ¿Qué haces aquí?—

--me envía Adhara—

--¿se ha vuelto a poner el nombre antiguo? En fin ¿Qué quiere?—

--según parece cree que en la casa de los habladores ha habido problemas—

--¿No es ahí donde estaba Moltbent?—

--sí, han tomado el camino subterráneo , Veintitrés los espera en la salida—

--esta bien iré ahora mismo—

--iremos—

--¿tu vienes, Pistach?—

--si—

--¡oh venga ya! No tienes el dominio de ninguna puta alma ¿Por qué vienes? Corres peligro—

Pistach que era delgado llevaba gafas, y lucia un pelo perfectamente despeinado sin parecer harapiento, también llevaba una barba de tres días, no parecía ser alguien que pudiera hacer frente a un peligro de gran envergadura.

--puedo que no sepa usar un alma, pero conozco esta isla y cualquier punto débil de cualquier persona, podría tumbarte sin necesidad de liarme a dar porrazos—

--vete a la mierda, Pistach—

--bueno, lo preferiría, antes que hacer esta misión pero bueno…--

De repente un coco se desprendió de de una palmera y se acercó a gran velocidad a la cabeza de Pistach, Kurt lo atrapó a un centímetro de él.

--está bien, vámonos—dijo Kurt dándole el coco—

--va a ser un viaje muy largo…--