miércoles, 18 de mayo de 2011

UN SUEÑO REVELADOR

“Antes que nada quiero usar la poca proyección que tiene el blog para dar mi apoyo a las manifestaciones que se están dando por un país mejor. MUCHO ANIMO ESTAMOS CON VOSOTROS, este capítulo está dedicado a todos vosotros.




Tras el tremendo rugido del topo ya malherido, los túneles empezaron a temblar de manera desproporcionada. Abatwa temiendo por el derrumbe decidió cortar la fuente de ello


--Siente…--murmuró la chica— ¡CAMEI DO GAIA!—


Tras estas palabras la tierra literalmente engulló al topo. Ante la cara atónita de Siros que aun estaba algo conmocionado por su accidentado intento de invocación, Abatwa se limitó a sonreir y decir –lo mío es la tierra y todos sus derivados, ya lo entenderás—


Sin embargo no hubo tiempo para más, varios topos aparecieron de la nada, asi que empezaron a correr.


--¿por dónde?—gritó Moltbent ayudando a Siros a levantarse—


--seguidme—


Corrieron lo más que podía por las galerías por las que indicaba Abatwa. Estuvieron así una media hora, mientras corrían, la chica y Moltbent intentaban aplacar el asedio de los topos, pero la música de Moltbent no era lo suficientemente alta como para que se oyera por encima de los rugidos de los topos y Abatwa no era capaz de parar a los topos mientras corrían y tampoco podía permitirse el lujo de hacerles frente cuando Siros aun cojeaba y seguía mareado.


--eh compañero—preguntó sonriente Moltbent-- ¿estas con nosotros?—


Pero a Siros no le parecía llegar la información , sus sentidos parecían abotagados. Su mirada perdida y nublada más su balbuceo como respuesta , hizo que Moltbent reaccionara con pavor.


--¡ABATWA!—gritó Moltbent— ¡SIROS!—


Abatwa abrió sus ojos ya de por sí grandes. Sabía que ya no podía hacer nada más salvo plantar cara y esperar que entre ella y Moltbent vencieran a los topos…


Mientras en la cabeza de Siros empezaba a aparecer otro sueño… algo más extraño que otras veces…


En una ciudad de montaña un joven Diego de unos 12 años de edad, portaba una armadura que cubría su hombro derecho y sus manos. también Unos pantalones oscuros y unas botas de cuero negras protegían sus pies mientras que su torso desnudo mostraba sus musculos aun sin desarrollar.


Un joven Kurt de 14 años permanecía de pie con una armadura similar de color negro. Mientras comía una manzana


--¿crees que hará caso a tu abuelo?—


--no conozco a nadie más sabio que él, si no les hacen caso… no tienen oídos—


Un chico rapado tendido junto a Diego jugueteaba con una pequeña armónica, éste no llevaba armadura. Vestía una casaca azul oscuro y unos pantalones a juego.


--Moltbent, para ya—dijo Kurt—me estas volviendo loco—


--me apasiona este instrumento, si averiguo como funciona y lo domino, no necesitaré el instrumento en sí…--


--lo sabemos—dijo riendo Diego—pero recuerda que estamos aquí en señal de protesta—


--¿tardará mucho más?—preguntó Moltbent


--no lo sé, está tardando, pero no olvidemos que está hablando con el parlamento de Estado--


--la verdad, dudo que nos dejen, el poder que tenemos les da miedo –


--tendrán que aceptarnos, sólo queremos igualdad—dijo Kurt—no pueden discriminarnos por eso, por tener poderes—


--les damos miedo, es lógico—


--tal vez, Diego, pero no es razón para que nos persigan y hasta nos maten—


Diego se disponía a hablar cuando una gran explosión hizo volar por los aires la puerta del congreso y el abuelo de Diego, anciano y con ropa de calle, salía del congreso lento pero con obvia premura.


--¡abuelo!—se apresuró Diego a gritar mientras corría hacia él--¿Qué ha pasado?—


--Diego, el congreso no acepta nuestra petición, nos temen—dijo mientras se agarraba al hombro de su nieto—no podemos rendirnos, hay que seguir luchando, para que nuestra habilidad sea algo bueno a la vista de los demás, tenemos que enseñarles las maravillas que podemos hacer—


--abuelo primero pongámonos a salvo, los soldados…--


--no, Diego—interrumpió el anciano—Diego, tú tienes que enseñarle al mundo las maravillas, la magia, la felicidad que podemos crear… tu tienes que ser eterno, no lo olvides—


El abuelo empujó a su nieto, junto a Moltbent y Kurt. Diego permanecía en el suelo a los pies de sus amigos perplejo. No entendía la reacción de su abuelo. Este se volvió a sus compañero


El anciano había ido al congreso a luchar por los derechos de personas como su nieto, para explicarles a los mandatarios que ellos, que podían controlar hasta los elementos, no eran una amenaza, sino todo lo contrario. Él había ido allí junto a miles de personas con el mismo don para reivindicar, la libertad de ser como son sin que lo discriminaran, sin que les atacaran por ser como son.


Miró a los miles de personas que creían en él, "controladores" les llamaban de forma despectiva. Cogió aire, mientras miles de soldados aparecían desde la puerta del congreso.


--compañeros míos—dijo el Diego viejo y cansado-- he pelado por nuestros derechos desde que alguien me enseñó que podíamos ser libres, desde que ese alguien me mostrara que nuestros poderes pueden ser más especiales de lo que ya son. Os pido que no os rindáis frente al menosprecio que nos dan… os pido que no os achantéis. Miradlos—dijo señalando a los soldado—No son más que personas, y nosotros venimos aquí con un sueño, un sueño que podemos hacer real, un sueño que vamos a hacer real—


El viejo se volvió a los soldados, se descubrió el torso que el tiempo había castigado, quitándose un abrigo largo , alzó el puño. Y gritó


--Mi sueños son los que me harán eterno—volvió la cara y miró a su nieto que empezaba a tener los ojos llenos de lagrimas, esa frase fue la que le dijo una vez mientras jugaba—luchad por ellos ¡HACEROS INMORTALES JUNTO A ELLOS!—


Miles de personas gritaron en señal de afinidad con estas palabras y también en señal de respeto al anciano, pero Diego no, Diego veía como se acercaban los soldado y el miedo que tenía se convirtió en pavor cuando un cuervo se posó en su rodilla


--no…--murmuró, pero ya era tarde miró a su abuelo y comprobó como un chico con el pelo largo y oscuro lo agarraba por el cuello


--hasta aquí tu revolución viejo, yo me encargaré de ello—dijo el desconocido.


Un pequeño crujido… casi imperceptible para los demás pero no para el pequeño Diego, una lagrima calló de sus ojos al suelo mientras Kurt perplejo repelía el ataque de un soldado.


Una batalla campal entre controladores contra soldados, que sólo duró segundos.


Diego gritó, como nadie había oído gritar a nadie. Todos se pararon asombrados por el grito.


--¡ARDE!...¡ARDE JODER!—gritó llenó de furia—¡METEORA!—


Un destello cegador iluminó la zona y Diego apareció frente al asesino de su abuelo.


--juro desde hoy mismo que no pararé hasta matarte—


--veo que al menos, entiendes que no puedes hacerme nada ahora—dijo el desconocido


--te mataré—


--hasta entonces… me llevo el cuerpo—dijo el desconocido—


Diego no pudo hacer nada, el tipo agarró el cuerpo de su abuelo y desapareció entre miles de cuervos.


El nieto sólo tuvo ocasión de intentar agarrarlo y caer al suelo


--Velop—dijo mientras desaparecía—mi nombre es Velop, no lo olvides niñato—


Los soldado desaparecieron tras el fogonazo, y sólo quedó el pequeño Diego en el suelo sollozando.


--Diego—dijo Moltbent—estas…


--No soy Diego—dijo el pequeño—mi sombre es Jacob Carax, el asesino de Velop—


--¡despierta!—


Siros, despertó en la galería donde tres topos estaban en el suelo degollados.


--¿Qué ha pasado?—preguntó Moltbent—


--creo que he descubierto como murió el abuelo de Siros Dark—dijo Siros


La cara de Moltbent cambio rápidamente de feliz a serio. Siros se intentó incorporar y vio a los topos degollados.


--qué bárbaro—dijo Siros-- ¿lo habéis echo vosotros sólos?


--les hemos echado una manita—dijo una voz en la oscuridad


--no cambies de tema—dijo Moltbent-- ¿Qué viste?


--una manifestación o algo así, y tú estabas ahí pero sin rastas—dijo señalando a Moltbent—y Siros, aunque con otro nombre y… ¡tú!, tu también—


--claro—contestó Kurt saliendo de la oscuridad-- ¿pero cómo narices sabes tú eso?—





sábado, 14 de mayo de 2011

Diario de Siros. (Túnel casa de habladores)

Hoy tenemos que atravesar el túnel subterráneo que nos acerca a la ciudad de la isla.

Al parecer el túnel, debe conectar con otra casa y que al parecer, pertenece a otra “habladora” como ellos dicen.

Estamos atravesando el túnel. Me guían, Abatwa y Moltbent. Estoy algo nervioso… al parecer nos podemos encontrar cualquier cosa, entre ellos, Voldy, hizo especial mención a unos topos gigantes. Al parecer tienen su libro de ruso.

Abatwa, Schwa y Voldy parecen tener grandes conocimientos sobre lenguas extrañas que jamás había conocido. Ahora mismo Voldy, debe de estar con Schwa en la casa custodiando la entrada o algo similar.

No parecen querer darme mucha más información y… tampoco es que me interesa la verdad.

Me intriga más, la razón por la que estoy aquí. Los sueños que estoy teniendo desde que llegué y los poderes que parecen tener algunos residentes de esta isla.

--El caso es que si nos guiamos por el ruido sólo encontraremos topos y eso no garantiza que también encontremos la salida—dice Abatwa mientras camina—

--entiendo tu preocupación—contestó Moltbent-- ¿pero qué podemos hacer?

--en cualquier caso, Voldy dijo que encontráramos su libro de ruso—

--Chaval, ya encontrará otro libro, lo primordial es evitar cualquier tipo de enfrentamiento, no sabemos, como enfrentarnos a esos topos, aunque Moltbent puede defenderse sólo y yo no soy manca, aun tenemos el problema de que tu eres, y lo digo sin intención de ofenderte, el más débil—esas palabras no parecieron gustarle nada a Moltbent pero sin lugar a dudas menos aun a Siros, que entornó la cara indignada y estaba empezando a caminar dando pequeños tembleques, como quien está aguantando mucho peso—

-- y bueno…-- continúa Abatwa algo incomoda—cómo no sabemos enfrentarnos a esas bestias,tuvimos que realizar varios caminos distintos para crear un laberinto y que así se perdieran las esos seres subterráneos—

--una pregunta—dijo Siros sin mirar a Abatwa—

--si—

--si son seres subterráneos ¿no crees que no servirá de nada tanto camino? Quiero decir, al darse cuenta de que no es el camino correcto, crearan ellos mismo su propio camino ¿no crees?—

--Si, es por eso que al final de los caminos equivocados hay unas piedras llamadas “balckeirs”

Son piedras que inutilizan los sentidos de percepción en simbiosis con un elemento, por ejemplo, si hay una piedra de éstas en el agua, y alguien intenta “hablar “ con el agua para que le indique el camino, el agua no actuará—

--espera ¡¿podéis hablar con los elementos?! Y esos topos… ¿también?—

--Siros, el hablar con los elementos es algo que puede hacer cualquiera siempre que sepa escuchar—dijo Moltbent sonriente.

En ese momento un gran terremoto sacudió el túnel y ante ellos un enorme topo apareció de un agujero. Dejando a Abatwa a un lado, Moltbent al otro y entre algunos escombros a Siros.

--¿Estáis bien?—

--Moltbent, el topo, va por Siros—contestó Abatwa.

Todo pasó muy rápido el topo gigante rugió y se abalanzó sobre Siros. El tiempo se paró, en la cabeza de Siros pasaron mil cosas, como había llegado el topo allí, que quizás Moltbent o Abatwa podrían utilizar sus habilidades para parar el topo antes de que lo tocase…

Pero respecto a eso estaba harto de que ellos lo cuidaran. El pertenecía a uno de los escuadrones de combates más importantes de los Marítimos. Por el amor de Dios… ¡él era uno de los más fuertes! Y no podía hacer nada frente a estas bestias que jamás había visto.

--si tuviera algún poder…--pensó, pero no lo tenía… ¿o sí? De repente se acordó de los sueños que le abordaban desde que llegó a la isla ¿Cómo era el nombre?

--Diego—

Sí, era Diego pero ¿Qué invocaba? ¿Meter? ¿esertora?

--Meteora—pensó—muy bien… lo tengo—

Siros respiró hondo mientras el topo estaba casi sobre él.

--¡ARDE…METEOR…!—

Pero no pudo terminar la frase. Una gran explosión le hizo volar por los aires al igual que e topo, el cual voló otros tantos metros al lado contrario empalándose contra una de las estalagmitas.

Siros se levantó aturdido y dolorido por el golpe, miró a su alrededor y vio con satisfacción que Abatwa lo miraba con la boca abierta y Moltbent venía corriendo con una enorme sonrisa en la boca.

--¿Qué ha pasado?—preguntó Siros

--¡Has invocado a Meteora!—dijo riendo Moltbent—pero te ha rechazado, no es tu invocación

--¿Cómo diablos sabías el nombre del alma de Dark?—preguntó Abatwa

--¿cómo?—

--Meteora. Es el alma de Siros Dark y la invocación, “Arde”. Esa palabra es intransferible y única a cada persona—

--Lo soñé—

--¿LO SOÑASTE?, me asombra que no estés muerto—

--a mi me asombra más que conociera el nombre y la invocación—dijo riendo Moltbent—pero aun me asombra más que conocieras la postura para invocarla—

Era cierto, Siros aun yacía en el suelo con las manos entrelazadas formando un dibujo con las manos. Había aprendido a llamar a un alma que no era la suya y que pertenecía a la persona a la cual buscaban. Siros Dark Shade.

De repente el topo agonizante rugió a una gran intensidad. Y fue respondido por miles de rugidos de todas las direcciones

--¡aaah!—gritó Abatwa— ¡los está llamando!, tenemos que salir de aquí, tenemos que salir de aquí ¡AHORA MISMO!--