martes, 28 de diciembre de 2010

Día 1, Diario de Siros.

Esta madrugada he llegado arrastrado por la marea a la orilla de una isla, he encontrado un diario también arrastrado por el agua, de una tal “Amolap Zitro” supongo que era una de las tripulantes de mi barco ya hundido, espero que me perdone aunque dudo mucho que le sirva ya....

Mi barco naufragó mientras me dirigía hacia el mar del Este tras la pista de unos piratas legendarios.

Apenas si tenía datos de ellos, algunos periódicos, unos pocos carteles de “se busca” y un puñado de cuentos que me contaban los ancianos.

Desgraciadamente, los periódicos y los carteles los había perdido durante el naufragio pero los cuentos los conservo, porque los tengo en mi cabeza; Como aquel que decía que uno de ellos podía hacer del mismo aire sonara música haciendo que la gente siguiera un ritmo casi hipnótico sin poderlo remediar. U otro que hablaba que uno de ellos tenía con 23 años rostro de bebe y conquistaba las sonrisas de damas de cualquier lugar. Había decenas de cuentos sobre ellos pero el que más me fascinaba era aquel que hablaba del más pequeño de ellos. Contaban que podía materializar los sueños de la nada, tan sólo con sus palabras. Dicen que con sus habilidades viajaban por todo el mundo robando, no oro ni riquezas, sino sonrisas, sueños y magia…Supongo que tendré que posponer la búsqueda hasta que salga de aquí.

No obstante esta isla me fascina, llevo la mañana caminando y he descubierto que es lo suficientemente grande para que tenga un rio, un bosque, la playa en la que aparecí y lo mejor de todo, un pequeño poblado en la cima de una montaña que ha sido cortada horizontalmente por la mitad creando una curiosa meseta artificial.

Mi objetivo era llegar hasta allí para obtener ayuda, pero no encuentro camino alguno. No descansaré hasta encontrar la entrada a esa intrigante ciudad.

Ahora mismo deben de ser las 18:00 horas estoy caminando por el bosque y realmente si hay algo que me intrigue más que llegar a la ciudad, es el sonido que llevo escuchando todo el día: Como si alguien estuviera simulando una batería con la boca.

--¿Quién narices anda ahí?—pregunta Siros—

De repente el sonido de percusión bucal cesa y una risa afable se oye en la lejanía mientras Siros gira sobre sí mismo buscando la fuente del sonido.

--veo que me llevas escuchando desde hace un rato pero no te preocupaba en exceso qué o quién era—dijo la voz

--mientras hicieras ruido, te tendría localizado, no creo que tu interés sea hacerme daño, además quería llegar antes allí—dijo Siros señalando la ciudad—pero visto que no sé cómo, he decidido saber quién eres—

Se oyó un pequeño ruido y de entre los matorrales un chico joven con gafas cuadradas y unas rastas largas y negras aparecía, mientras saludaba con la mano extendida hacia arriba sin moverla.

--Mis disculpas, mi nombre es Moltbent—

Esta isla es más intrigante de lo que pensaba…

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